domingo, 3 de noviembre de 2013

Cambien su manera de pensar para que cambie su manera de vivir

"No vivan ya según los criterios del tiempo presente; 
al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir 
y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, 
lo que le es grato, lo que es perfecto" (Romanos 12, 2)

Con esta cita bíblica el pastor de la Iglesia Menonita Pedro Stucky, dio inicio al 2do foro Internacional Horizontes para la Paz y la Reconciliación en Arauca realizado en la capital de este departamento entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre de 2013. El pastor Stucky enfatizó: "hay que ponerle fin a la guerra, no seguirla justificando". Los comandantes de las partes en la guerra, "casi siempre lo que nos dicen: es que si no fuera por el otro, yo no quisiera estar en esto armado peleando, pero es que el otro. Justifican la guerra con el otro".

Es posible que muchos de mis amigos y lectores piensen que me volví evangélico o que ahora ando como un majadero fanático religioso. No, no es eso. Lo que ocurre es que estoy cansado de diagnosticar la guerra y la paz. Sobre el ¿por qué nos matamos? ¿cuáles son las causas de la guerra? Y otros interrogantes más, hemos avanzado muchísimo; hay enciclopedias sobre la guerra y la paz. Pero, sobre lo que poco hemos construido, es en el cómo alcanzar la paz que me involucre.

Desde 1995 que escogí como opción de vida la defensa de los derechos humanos y la paz, he escuchado cientos de discursos sobre este tema; pero muy pocos dan con el dedo en la llaga. ¿Cómo? Si, así como lo oyen. Todos y cada uno de los discursos sobre la paz —los que me ha tocado escuchar— hacen énfasis en que esta (la paz) provendrá cuando "el gobierno y la guerrilla" firmen un acuerdo, cuando se acaben los paramilitares, cuando se acabe la corrupción, entre otros temas importantísmos. Si, sin duda, eso ayudará. Pero ¿y yo qué?

¿Y yo qué? 


“Como un hombre piensa en su corazón, así es él” (Proverbios 23:7). Aquí está el 'dedo en la llaga' del cómo construir paz. Mientras yo no cambie mi forma de pensar nada va a cambiar. A este respecto el escritor y filósofo británico James Allen, afirma: "Así como una planta brota de su semilla, y no podría ser de otra manera, así cada acción de un hombre brota de las semillas invisibles del pensamiento, y no podrían existir sin ellas".

El carácter de cada ser humano está moldeado por los pensamientos; carácter y pensamientos son uno solo. Los pensamientos se convierten en ideas y las ideas terminan convirtiéndose en acciones y estas a su vez en hábitos. No en pocos casos se ha intentado cambiar hábitos, defectos de carácter sin cambiar la forma de pensar. Es imposible obtener resultados distintos haciendo las mismas cosas, si se sigue pensando de la misma manera.

De nada sirve seguir exigiendo que 'otros' hagan por mi, lo que yo no hago por mismo. ¿De qué sirve exigirle a 'otros' que no se roben el presupuesto nacional, si al menor descuido yo robo a mi vecino? ¿De qué sirve exigirle a 'otros' que resuelvan los problemas por la vía del diálogo y sin violencia si al menor cierre de un conductor en la vía, yo saco la cruceta para hacerme sentir, para imponer mi verdad? Esto por citar algunos ejemplos.

En este orden de ideas, el proceso de La Habana puede llegar a feliz término —ojalá así sea— pero la paz no llegará. Las expresiones de protesta  y  los conflictos se multiplicaran, primero porque las causas —económicas, políticas y sociales— no están resueltas ni se van a abordar en la mesa de dialogo de La Habana. Y segundo, porque los colombianos —me incluyo— tenemos una forma de pensar fracasada, resentida, egoísta e individualista. Hace unos días encontré en youtube un video que me llamó la atención, titula ¿Por qué los colombianos somos pobres?. Vale la pena verlo.

¿Qué aportó el 2do foro Internacional Horizontes para la Paz y la Reconciliación en Arauca?

Este foro permitió una mirada de construcción de paz desde la perspectiva territorial, una mirada local. Más allá de lo que "tienen que hacer otros" para que cada uno pueda vivir en paz en su vereda, el foro se centró en el qué se puede hacer desde el ámbito local. En lo que los organizadores llamaron dialogo intersectorial. Es decir: juntar iglesias, empresarios, administración pública local, políticos, sectores sociales, juntas de acción comunal y demás expresiones de la sociedad civil para construir estrategias locales de paz.

Pero, el mismo foro no lo logró. Estaba previsto que asistieran, entre otros, los políticos locales, el alcalde y el gobernador de Arauca pero no llegaron, el único político que asistió fue el representante del Polo Democrático Alternativo Iván Cepeda Castro y un diputado a la Asamblea de Arauca que estuvo por momentos.

Si se evalúa el foro desde la perspectiva del dialogo intersectorial, podría decirse que fue un fracaso parcial, ya que terminaron conversando entre los mismos que están preocupados por la paz y los que, de alguna forma, están interesados en salidas distintas a la guerra—los mismos con las mismas—. Con los que había que dialogar —el poder real— no se pudo, ya que no asistieron. Quizá no era el momento.

Pero hay un hecho clave. Este foro abrió una puerta fundamental para la construcción real de paz. La puerta de la espiritualidad como camino de reconciliación. Aun más importante, el foro acercó diversas expresiones religiosas, distintas iglesias al tema de la construcción de paz desde una perspectiva espiritual más allá de los intereses de cada iglesia o de cada expresión religiosa. Este es un gran logro.


En este sentido, es preciso advertir que: el origen de la guerra tiene muchas causas, entre ellas: económicas, políticas, sociales y judiciales. Pero la salida a la guerra y la construcción de una paz estable y duradera. Es primero que todo espiritual, requiere que cada colombiano cambie la forma de pensar fracasada, individualista, resentida y egoísta.

El camino espiritual requiere tres elementos indispensables: buena voluntad, rigurosa honestidad consigo mismo y una mente abierta a todo concepto espiritual. Bill Wilson indica: "Solo puede ser derrotado por una actitud de intolerancia o de negación beligerante". Entre tanto Herbert Spencer, filosofo, psicólogo, antropólogo y sociólogo británico, advierte: "hay un principio que es una barrera para toda información, que es una refutación de cualquier argumento y que no puede fallar para mantener a un hombre en una perpetua ignorancia: el principio consiste en despreciar antes de investigar". *